“Cuando en lugar de café, Venezuela
comenzó a exportar más y más petróleo, por allá en los años 20,
la gente del campo venezolano se fue trasladando poco a poco a las
ciudades. Primero, no fueron muchos, pero ya en los años 50 eran
miles los que venían de los caseríos y pueblos a vivir en las
grandes ciudades como Maracaibo y Caracas.
Las ciudades no estaban preparadas para
recibir a estos nuevos habitantes: no había casas para ellos, ni
redes de agua potable, ni alcantarillados, ni luz eléctrica. Y más
importante aún, no había trabajo para todos los que llegaban.
Muchos, entonces, se quedaron en los alrededores de las ciudades en
viviendas improvisadas, incómodas y miserables. En ocasiones,
tuvieron que dar peleas muy duras para poder ocupar los terrenos
baldíos y construir allí sus ranchos.
En Caracas, la gente que venía del
interior se ubicó en los cerros que rodean la ciudad, pensando que
algún día podrían vivir en el valle, sin miedo a las lluvias y
derrumbes, con suficiente agua potable, sin olor a cloacas y sin
basura. Pero casi todos se fueron quedando allí y más gente siguió
llegando. Hoy, casi la mitad de la población de Caracas vive en los
llamados “barrios”, que en Brasil de llaman “favelas”, en
Chile “poblaciones callampas” y en México “villas miseria”.
LA CALLE ES LIBRE está basado en la
historia verdadera de unos niños del Barrio de San José de La
Urbina, que querían un parque de juegos. Aún no lo tienen, pero
siguen soñando y luchando por conseguirlo. Y de la misma manera que
la realidad fue la base de este cuento, pensamos que este cuento
puede...”
Prólogo del libro de Ediciones Ekaré, Venezuela.
Recomendado: +7 años
22,5x20,5cm.
48 Páginas
$49
No hay comentarios:
Publicar un comentario